miércoles, 30 de diciembre de 2020

Habemus ley

Tenemos ley. Finalmente el aborto es legal.
Ya no tengo nada que compartir con Malena Galmarini de Massa, con Rial y Bimbo, con la mitómana de los anteojitos de colores, con nadie de esa calaña.
Los que hace dos años votaron en contra ahora votaron a favor porque así es el peronismo, un día te vota las AFJP, otro día te vota quedarse con la plata de las AFJP. Todo con la misma épica. Si el día de mañana se les ocurre hacer una lectura fiel de las palabras de Eva Duarte de Perón, votarán una ley contra esta ley, y tendrán argumentos emotivos para justificarse.
Después de escribir esto, veo a Pichetto admitiendo que la senadora panqueque García Larraburu, que ahora vota a favor, en 2018 votó en contra por pedido de Cristina Fernández viuda de Kirchner para que no saliera la ley y, así, el gobierno macrista no pudiera lograr ese éxito político. (Igual, no se decidió por ese voto, digamos todo, Mike).
Los senadores deconstruidos (?) habrán embolsado sus buenos morlacos, y el gobierno puede dar una señal de progresismo a (parte de) sus votantes, o a sus espadas mediáticas, haciendo valer, paradójicamente, el verticalismo más rancio y antirrepresentativo.
Mientras, se borra el pasado como se borró ese video de un discurso de la entonces presidente y ahora vicepresidente, que decía "La que queda embarazada, queda embarazada y se tiene que hacer cargo del pibe". Desapareció de Youtube, desapareció de la página donde estaban sus discursos, apenas puedo rastrear la noticia en este link para confirmar que no lo soñé.
(Igual, todos sabemos que esa fue una indirecta para su hija, que unos días después dio la noticia de que estaba embarazada. Y que deseaba tanto la maternidad que se fajó las tetas para no producir leche y así no tener que amamantar a la pequeña Helena).
Las reivindicaciones de tanto tiempo se entregaron a unos mercenarios. Todo bien con eso (?) si sirve para tener la ley. Pero endiosar a los mercenarios y a los oportunistas, no gracias.
De todas formas, tampoco nos entusiasmemos demasiado con la gratuidad que establece la ley. Quiero ver cómo funcionan los abortos gratuitos en los hospitales públicos donde, por varios meses, no hacen un estudio, nada complejo, que permite saber si tenés una enfermedad degenerativa y te vas a morir en dos o tres años. Y eso porque hablo de Capital: en provincia alguien te apuñala y el médico de la UPA dice que la herida es porque te caíste en la calle (le pasó a Melisa Tuffner, pueden googlear).
Ahora hay que empezar a militar una ley que me atañe más, la de suicidio asistido. No la que habla de desconectar del respirador, etc. La que permita a quien no puede valerse por sí mismx llevar adelante su decisión -fruto de un lapso momentáneo o continuo de razón- de morir. Una ley como la que pedía Ramón Sampedro. Una ley como la que está promulgando el parlamento español en estos días.
Mi cuerpo, mi decisión. Si mi cuerpo ya no es mío porque no me responde, porque se deterioró tanto que no puede responder, que alguien me ayude en mi voluntad de liberarme.

Feliz cumpleaños

Hace mucho que quiero escribir algo sobre los militantes, la superioridad moral que creen tener y su doble vara, tanto para declarar como para proceder; pero no pasé de dos párrafos y unas ideas sueltas a las que no logré darles coherencia ni cohesión. Nunca pude plasmar algo que refiera cómo gastan su triste vida buscando una nueva injusticia detrás de la cual embanderarse, así pueden pertenecer y constituirse como personas, y, encima, con el baño de autoconmiseración que les da la "lucha" contra ni ellos saben qué.
Entonces, voy a lo más particular y concreto, la encarnación de esa gilada, que lxs lleva a defender a un machito golpeador porque tiene concha; que lleva a lxs de una "fábrica recuperada" (y rotundamente subsidiada por el Estado) a poner un cartel en la puerta donde reivindican la propiedad privada ahora que los propietarios son ellos; que lleva a una querida persona militante a permitirle a otra militante un gesto de afecto delante mío, el mismo gesto que a mí no me permite. Porque somos todos iguales, pero no tanto...
La misma mierda comecabezas que lleva a alguien a militar la causa de un pobre revolucionario injustamente encarcelado por las fuerzas estatales del mal, que, pobrecito, pasa su cumpleaños alejado de sus seres queridos. Quien postea eso es la que no me llama ni me escribe para mi cumpleaños. Ni siquiera cuando se lo recuerdo explícitamente.
(La misma persona que alguna vez viajó un largo viaje para darme un beso, un regalo y su compañía, algunos, varios, cumpleaños atrás).
¿Tan difícil es decir no quiero saber nada más con vos por tal y tal cosa? Años y años de psicóloga para ser incapaz de terminar una relación de un modo explícito y razonable... Te estafaron, (ex)amiga. O sos una pobre idiota. O una perversa. O una empleada de la Side, no sé (eso era lo que vos decías de mí, ¿te acordás?).
Como un perro atado en la puerta de un chino, todavía espero que vengan algunas personas, pero ya decidieron que no van a venir. Desde que tengo 14 años que deciden eso, y ni siquiera avisan. Y les pido "evitemos eso, tengamos un final sano", y se cagan en mi pedido y en mí.
Todavía sueño algunos gestos de algunas personas, y nunca encuentro respuesta positiva cuando me pregunto si alguien puede hacerse amigos nuevos después de los 25, cuando pienso si no seré un monstruo o un freak, porque solo me pueden dar bola personas tan chotas.

Dos poemas

they did not tell me it would hurt like this
no one warned me
about the heartbreak we experience with friends
where are the albums, i though
there were no songs sung for it
i could not find the ballads
or read the books dedicated to writing the grief
we fall into when friends leave
it is the type of heartache that
does not hit you like a tsunami
it is a slow cancer
the kind that does not show up for months
has no visible signs
is an ache here
a headache there
but manageable
cancer or tsunami
it all ends the same
a friend or a lover
a loss is a loss is a loss

(Rupi Kaur * The underrated heartache)


Como los perros
atados en la puerta del súper
a cada rato, el corazón
un vuelco y enseguida
la desilusión, la posibilidad
de que nunca venga
el que esperan
y de ahora en más
esto sea todo.

(Lara Segade * Sin título)

viernes, 18 de diciembre de 2020

Últimos jazmines de la temporada

Es una casa ochentosa cerca del parque. Abandonada, tapiada, aguarda su destino irrevocable de edificio con paredes de papel. Soy yo una noche, volviendo de correr, tomando un camino nuevo y atravesando un vapor de jazmines.
Soy yo una tarde, yendo especialmente a oler esos jazmines y descubriendo que se aprovechan de los cables para llegar al árbol de la vereda, que trepan hasta el balcón desmantelado del primer piso o hasta el tanque de agua de la casa de al lado. Soy yo otra tarde, viendo cómo caen, con un movimiento rectilíneo uniforme de una velocidad que me recuerda la de los tipos que se tiraban de las torres gemelas para no morir quemados. Alfombran la vereda de un tenue color marrón, casi invisible frente al lila de las flores del jacarandá, y avisan que el tiempo no para.
Soy yo esta noche de llovizna, yendo una vez más, pero mañana es diciembre, y, pese a que se ven algunos en la penumbra, no huelen abrumadoramente embriagadores. Soy yo con vergüenza de invitarte a oler esos jazmines, que están cerca de tu casa, aunque me apremia saber que si no es ahora, quizá no sea nunca.
Entonces soy yo mandándote un mail con el mapa del lugar para que "si te gustan los jazmines, vayas sola o con quien quieras" (mi manera de referirme a tu novio sin escribir esa palabra), diciendo apenas lo que representan para mí, mencionando levemente mis cuestiones de salud, omitiendo lo que significaría ir con vos, en general siempre y más ahora, que podría ser una despedida.
Sos vos no respondiendo el mail, ni los tres anteriores. Son los últimos jazmines de la temporada, que se van sin que haya podido compartirlos con nadie. Otro año más.

jueves, 10 de diciembre de 2020

La distancia que hay entre mi memoria y la ajena

Si te digo mi nombre no te vas a acordar de mí. Si te digo q una vez me invitaste a comer papas fritas, q otra noche compartimos un torpedo de naranja, quizá sí
Esos momentos los tengo en la parte de la memoria a la q acudo cuando necesito un buen recuerdo. A veces, gente q pasa ocasionalmente x la vida deja una huella
Capaz es medio descolgado traer al presente algo tan fugaz del pasado, pero quise decirlo porque uno nunca sabe cuando se va a morir, jaja, así que sabelo
Estás en ese altar personal de la gente que me dejó algo. Mil veces pensé en llamarte y fue pasando el tiempo, ayer llamé y no te encontré (No tengo wasap) Beso

Mm quien sos?

Con cuántos clientes terminaste en un umbral frente a la est. de servicio tomando un helado a las 3AM jaja

No te recuerdo
La verdad
Llama y si te escucho tal vez


No importa. Yo sí, y estuvo bueno. Tal vez antes de fin de año te llame ahora q abrieron los telos. Beso grande.

Bueno busca otra yo no salgo