Por doquier se encuentran pintadas supérstites de la última campaña municipal con la leyenda “Macri es peor”. No sé si hubo afiches de ese tenor, pero algunas de las pintadas lo sindican como amigo de Menem, otras lo relacionan con Videla, y así ad náuseam.
Los pelotudos (izquierdistas, progresistas, lo que sean) que idearon esa campaña atrasan: en algunos casos, atrasan más de treinta años; en lo estrictamente municipal, cuatro. Ya no asusta a nadie el fantasma de la derecha, de la privatización de la política, de la frivolidad, de la política de laboratorio que comenzó con la presidencia de Boca, del neoliberalismo, de los 90…
Ya la gente vio que los presuntos fantasmas eran sábanas agitadas por la lacra que gobernó la ciudad por años, que vivió de agitar ese fantasma maniqueo –y, sobre todo, del erario– y que bastante poco hizo en cuanto atañe a los intereses y necesidades de los porteños.
“Macri privatiza el poli”. “Macri aumenta el boleto” (!!). “Macri es peor”.
No soporto que me subestimen: Macri no va a privatizar el polideportivo, Macri no tiene poder sobre el precio del boleto (territorio de dos insospechados funcionarios como Jaime y Moreno), Macri no es peor. Macri es igual a los demás (más prolijo, mejor marketineado y con la carismática Gabriela a su lado para poner la jeta cuando las papas quemen).
Ustedes son peores, peores que lo que creen ser (“Con Filmus está la gente que piensa”), peores que lo que dicen ser, tan corruptos y prebendarios como todos, viviendo de la imagen que da la expresión “derechos humanos” y vendiendo humo progre. Después de años de gestión lo único que pueden hacer en orden a seguir agarrados con uñas y dientes a la caja del poder es tomarnos de pelotudos con un eslogan falaz, poco creativo y, a estas alturas, increíble.
Vayan a robar a los caminos. Y no me subestimen. Gracias.
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