Para la Bersuit la protesta “ya fue”, como para todos los insolventes intelectuales, repetidores del discurso progre bienpensante o buscadores de consignas redituables; como para los maniqueos y los comprados por la caja K.
Sin embargo, todos estos tipos, que no pueden ver más allá de su propio ombligo, o de su propia ideología, deberían tomar nota de la realidad y, si lo logran, no analizarla con las categorías perimidas que manejan.
Notarían que bajo la alfombra ya no entran más cosas, y que el maquillaje, la retórica caricaturescamente setentista de la Kámpora, el mesianismo bushista de “no es hora para tibios: el que no suma resta” y la voluntad de tapar el sol con una uña (pintada) no disimulan el mefítico hedor de las muchas cosas podridas, carcomidas, corrompidas.
Otro ex presidente procesado.
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