domingo, 31 de mayo de 2009

Tengo el síndrome de Alf



Necesito comerme un gato.


Hace más de cuatro meses que no toco otra piel (salvo esa tarde en que las cosas salieron mal). Y no logro recuperar la mínima capacidad pulmonar, mental, cardíaca, espiritual, etc., para acometer la empresa.
Encima, parece que los hados se divierten a mi costa. No puedo coger porque estoy reventado por la falta de descanso, y una parte de eso se debe a los que no me dejan dormir cuando garchan sobre mi cabeza a 140 ppm (pijazos por minuto). Los conté, no me acuerdo si el domingo a las 5.30 a. m., el mismo domingo a las 7.15 p. m. o el lunes a las 11.55 p. m.
Los lunes él se levanta, como todos los días hábiles, a las 5.30 a. m. y me despierta con sus pasos de plantígrado y su ímpetu para subir la persiana. Como ya sé que lunes y miércoles vuelve tarde, lo espero. Así no me despierta cuando sube la persiana –de nuevo– para fumarse un puchito en el balcón, cuando habla a los gritos, cuando discute con la novia…
Entro a mi pieza y descubro que, más de dieciocho horas después, el macho hipervital tiene energías para coger. Esta vez no sólo me hace oír el traqueteo de la cama, que delata sus cambios de ritmo, como ocurre siempre, sino que me permite saber cuándo está por acabar.
Los gemidos de ella me informaron que tuvo su orgasmo. El tableteo de la cama se intensifica, y sé que ahora puedo apagar la luz y acomodarme para dormir. Restan unas pocas embestidas a toda marcha, que se coronan con el sonido gutural, casi vomitado, que acompaña la eyaculación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Èsa situacion transitiva deberia estar penada x ley!. No poder coger por no poder descansar pork cogen otros....carajo!

Yo detesto cuando losdearriba se echan un polvo(cada muerte de obispo). O sea ellos garchan y yo ....los escucho!!!!!????? Es k al mundo le falta un tornillo???!!!
Me indigna mas x la k fui k x LA k soy pero igual.