Despertarte a mitad de la noche
y ver en el otro lado de tu cama
a tu mujer llorando
es una experiencia importante.
Quiere decir, entre otras cosas,
que mientras paseabas por los cuartos
iluminados de tu cerebro
algo se estaba gestando cerca tuyo.
Un error con el cual mantenés
una particular relación de intimidad.
Porque, aunque no firmemos nada
ni corramos apurados bajo la lluvia de arroz,
pensamos que es para toda la vida,
y así seguimos.
Botes que durante la noche
quedan amarrados al muelle,
golpeándose entre sí,
según el viento.
(“Despertarte” * Fabián Casas)
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1 comentario:
Tengo k hablar con el boga,no se como se inicia demanda ante X tema......
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
.....segun el viento.............
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