domingo, 28 de febrero de 2010

Chupar

Suele decirse que los putos son quienes mejor chupan la pija, y que las tortas son quienes mejor chupan la concha, ya que conocen en primera persona qué da más placer a un cuerpo semejante.
Yo no puedo suscribir esas palabras porque nunca un puto me chupó la pija ni una torta me chupó la concha. De lo que puedo dar fe, basándome en mi experiencia, es de que las minas no saben chupar los pezones. Deberían saberlo, de acuerdo con la lógica que construye las afirmaciones iniciales. Pero no saben.
Solo una vez, una noche de un viejo diciembre, mientras se largaba un torrentoso aguacero, una rubia me los chupó hasta dejarme a punto de caramelo, hasta dejarme a dos o tres manipulaciones de la acabada.
Todas las demás no supieron. O se perdieron pasando la lengua (muy lindo, pero te pedí que chupes, no que lamas), o se entretuvieron besando, o los ensalivaron a la pasada, siguiendo el programa que reproducen cada vez, y hasta alguna se dedicó con empeño, o con saña, a morderme, lo que me dejó un dolor que duró más de dos días.
Trato de indicarles claramente qué quiero, incluso con frases del tipo “prendete como si fueras un bebé hambriento”, y aun así no cazan la onda. Cuando eso sucede, las dejo hacer, sabiendo que otra vez me voy a quedar con las ganas de una buena chupada de timbres.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.

Musidora dijo...

AMEN

-al comentario de arriba-

steven romero dijo...

muy bueno me gusto mucho lo que escribiste muy bueno mejor narrado no lo escuche nunca

alquimia198071@hotmail.com

steven romero dijo...

muy bueno me gusto mucho lo que escribiste muy bueno mejor narrado no lo escuche nunca

alquimia198071@hotmail.com