Max Weber explicaba las causas de la legitimidad de una dominación y decía que “se comprende que, en realidad, condicionan el sometimiento motivos muy poderosos de miedo y esperanza: temor de la venganza de poderes mágicos o del dueño del poder, o esperanza de una recompensa en el otro mundo, o en este…”.
Así las cosas, trato de no tener miedo ni esperanza.
Ni de desear lo que no voy a tener.
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