domingo, 12 de diciembre de 2010

Exposición de riesgo

“Él tuvo una rotura de preservativo en una penetración vaginal sin eyaculación con una trabajadora sexual”, le informa una doctora a la otra. Lo lee con sus ojos celestes y su acento del interior cordobés de la misma ficha que llenó la vez pasada.
Como entonces, no entiendo la relevancia de algunas cosas. Traté de señalárselo mientras exponía mi relato, pero no encontré una respuesta satisfactoria. Y las dudas quedaron en mí. ¿Cuál es la importancia de la condición de trabajadora sexual de la persona que estaba conmigo? En todo caso, sería relevante su condición de persona promiscua, que puede tener varios partenaires sexuales cada día; pero no veo qué es lo significativo en el hecho de que haya plata de por medio.
¿Y en qué me afecta que no haya habido eyaculación? ¿Es el tiempo de la penetración, y, por ende, de la exposición? ¿Da por sentado que, si no hubo eyaculación, no estuve taaaanto tiempo dándole? Porque no es así, doctora… No le voy a contar, pero en mi caso no es así.
Según sé, o creo saber, el hecho de que haya eyaculado –o no– es relevante para la mujer, que podría quedar embarazada, y, aunque se cuidara en ese sentido, de todos modos estaría en contacto con un fluido que es vehículo de diversos agentes, entre ellos el virus de la inmunodeficiencia humana.
Pero a mí no me cambia nada. ¿O sí?

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