miércoles, 26 de enero de 2011

No sé música

El 31 a la noche estaba en el mismo lugar donde comencé el 2010. El mismo departamento, la misma gente. Pero este año estaba todo más para abajo. Tanto que el principal tema de conversación fue acordarnos de viejos vecinos…
Bueno, capaz que era yo quien estaba para abajo, y eso condicionaba mi percepción. Como fuera, el Chandon no me pegó igual que la otra vez; yo miraba sin ilusión la parada del 96 que, desde ese mismo living, el año pasado se veía distinta; no hubo una frase contundente y memorable como la que entonces dijo la anfitriona (“¿Ustedes son felices en ese edificio?”).
En el intervalo que marca el recambio de platos, menos importante para empezar a comer lo dulce que para dar espacio a que surja otro tema y licuar el silencio que sigue al agotamiento del anterior, buscaron animar la reunión con un poco de música. Su hermana se acercó a la PC, y unos momentos después comenzó a sonar una canción. Una de Charly, pensé yo cuando reconocí claramente la melodía en la intro. Las palabras cabían perfecto y venían a mi cabeza de la mano de la música: “Lo que hiciste en mí no tiene perdón… Me siento mucho más fuerte sin tu amor”. La habría tarareado si pudiera entonar.
Cuando volvió a sentarse en la banqueta junto al ventanal, lo dije en voz alta para meter un bocado y no quedar en cero palabras, como la noche de su cumpleaños (ocasión en la que no encontré margen para decir nada, ni siquiera las pocas veces que construía la frase en mi cabeza; y, ante mis nulas intervenciones, ella se refirió a mí en tercera persona: “Hablemos del edificio, así se integra”).
Y también como una forma de expresar mi reconocimiento por no haber puesto LuisMiguelArjonaSabinaMontoto: “Es Charly, ¿no?”. “No”. No. Terminó la introducción, y el que empezó a cantar fue Miguel Mateos. “Un poco de satisfaccióooon, o uoo”…
No sé qué es peor, si haberme confundido o descubrir que recordaba la letra. Toda. Entera. “Ochenta y cinco”, le dije, y ella asintió, tal vez porque se quedó en ese año, lo mismo que su hermana, que tenía unos zapatos re ochenta, más 82-83 que 85, aunque, como la moda es cíclica, tal vez sean muy 2010.
Después hubo un par de canciones más de Rockas Vivas, alguna de Los Abuelos, y no me acuerdo qué otra cosa, porque la lista de reproducción se cortaba a cada rato, y había que pararse y darle manija.
Me puedo hacer cargo, igual. Me gustaba Zas en mi adolescencia. De hecho, el primer recital de rock al que fui en mi vida fue uno de Zas en el Luna Park. Claro que la amiga de mi vieja invitándome porque ella le pidió/le pagó, la chica esta y su amiga levantándose a dos chabones, los cinco en un bar de enfrente del Luna, ellas yendo al baño para ver qué hacían con la situación –de lo cual me di cuenta mucho después, cuando supe que las minas pocas veces van al baño solo para hacer pis–, más el viaje de vuelta en colectivo, con la chica sentada de un lado del pasillo y yo del otro (este último recuerdo no lo tenía tan presente y su corporización me pega mal), conformaron una situación muy lamentable, así que es probable que tenga algunas cosas borradas.
Por ejemplo, hace un par de años, en el programa de Canal 7 que conducía uno de los Pauls Brothers, vi una nota a Mateos donde pasaron una imagen de esa serie de shows en la que el tipo, sostenido por un arnés, “volaba” sobre el público. ¡Y yo no me acuerdo de haber visto eso! O fui el día que no usó el arnés, o estaba muy distraíd@… No sé. Lo que sí recuerdo es que a veces miraba a uno que estaba con un teclado en uno de los distintos niveles que tenía el escenario, y un rato después me rescataba de que no era Mateos, sino el tecladista.
Con todo, puedo defender, incluso de mí mism@, el hecho de acordarme tan fielmente de canciones como esa, “Tirá para arriba” o “Extra, extra”, y, con un poco de esfuerzo y una sonrisa indulgente, superar el escozor que me causa. Lo que me resulta insostenible es acordarme de la letra de la que sonó después: “Perdiendo el control” (trol, trol). ¡Era o rible! ¡Esa batería electrónica, dios! ¡Eso sí que era insoportablemente middleoftheeighties!
Pero el asunto acá es que no sé música, y por lo tanto no puedo saber si son iguales –o, al menos, parecidas– o si simplemente mi error revela el grado de percepción que tengo del lenguaje musical. Entonces, agradeceré a quien pase por este blog en condiciones de quitarme esa duda si lo hace, porque me gustaría saber si flasheé cualquiera o si había alguna razón objetiva en mi confusión.

3 comentarios:

Gregg Popovich dijo...

mire Olga, me parece que es válida la confusión ya que las dos empiezan en LA al menos a mi oido y hacen algún jueguito con un LAsus4 que es como agregarle un Re al acorde de LA

me parece ojo

Olga dijo...

Gracias, Gregg!


(Usted es un capo: sabe de NBA, sabe de básquet FIBA, y ¡sabe de música!)

Olga dijo...

Otro que parece que es parecido es el hit de Dread Mar I y "Bombacha veloz", del que sería una versión ralentizada.

Igual, de uno casi ni me acuerdo, porque nunca lo escuché a proposito en su momento, y al otro casi ni lo conozco: tampoco lo escuché a propósito, no podría reconocerlo, y recién hace dos semanas que me enteré de que se pronuncia dred mar ai.