sábado, 7 de julio de 2012

Cuando no conocía a Olga

¿Cuándo van a pasar cosas que me gusten? ¿Cuándo voy a estar bien con una persona? ¿Cuándo me voy a sentir contenido, querido? ¿Cuándo va a pintar alguien que me quepa? ¿Cuándo alguien va a decir algo sensato? ¿Por qué las cosas no pasan con naturalidad y uno tiene que subirse al techo para que miren hacia acá? OK, cada uno toma su opción, pero ¿por qué nadie toma esta opción? ¿A nadie le resulta interesante lo que hay aquí?
No es la idea desviar de su ruta a nadie, coaccionar mostrando “si vos hacés esto, yo, que estoy mal, voy a estar mejor”. ¿Desde dónde puedo decir algo? Ey, no soy una planta, y siento que me estoy quedando sin pilas. Digo, si no tenemos un par de cosas, ¿qué sentido tiene quedarse aquí? No, otra vez sopa no. Ya me probé que no me voy a matar, pero, una poca de luz, ¿sí?
Me tienen agarrado. ¿Dónde me van a pagar tres gambas por laburar cuatro horas? Aunque yo, no sé, me ganara el prode, lo que fuera, y me fuese a vivir solo, voy a tener que cargar con todo lo que me pusieron en la cabeza durante 22 años. Digo, este lugar tira para atrás, no renueva la sangre. Es una historia esta casa, el desorden, la desidia, la casa que se cae a pedazos, pero mi madre habla todo el día por teléfono, o duerme, o está en la nube del control mental.
Es imposible, tira para atrás. La omnipresencia de los libros que nadie lee y arruinan llenándose de polvo, las habitaciones cerradas porque todo está tirado por el piso. Las preguntas pelotudas: “¿Cómo estás?”. Mal, pelotuda, cómo querés que esté, pedazo de forra.
Digo, me llenaron de miedos, me armaron de un modo tal que sin ellos no pueda conseguir nada. ¿Te acordás de San Andrés? Yo estaba luchando heroicamente para romper con un par de cosas y la hija puta “¿A dónde vas?, ¿A qué hora volvés?”. Siempre sumando mi mamá.
Yo puedo actuar de un modo “tranquilo”, no romper demasiados ceniceros o lo que sea, pero me gasta por dentro, me rompe no poder mandarlos a la mierda, asumir que lo que intenté por las mías salió mal, que soy un fucking fracasado. Ellos están contentos: soy un muchacho responsable, volví a la vida, ayudo a mi papá –como cuando tenía siete años, ¿viste?–, lo volví a ver después de siete años y eso me hizo mucho bien…
Loco, es como si me hubiera armado así, para que en los momentos grosos, para que cuando hay que tirar el penal decisivo, no pudiera. Me llenaron de miedos, de inseguridades. Digo, si crecí entre enfermos, ¿cómo querían que saliera? Abrieron heridas que no cerrarán jamás. Ni olvido ni perdón, odio y rencor!!!, ja.
Cuando luchaba con mis problemas –que les debo, sin duda–, o cuando estás con una mina, o lo que sea, te tildás y lo hacés mal. Gracias, che, son unos amigos… Aquí uno se llena de tics, de cosas que parecen normales, pero que cuando te cotejás con otros afuera, te miran con una cara…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuántos días seguidos sin descansar bien?
Cuánto tiempo (cuántos años!!!) sin descansar bien?
Cuánto tiempo sin que el cuerpo me falle, me duela, me inquiete, me impida, me deje de garpe?

Cuánto tiempo de este lugar, físico y, digamos, espiritual-conceptual-narrativo?

Cuánta vida sin un beso, sin una mirada, sin una palabra, sin una cercanía -duradera-? Cuánta sin reciprocidad?
(¿Puedo usar la palabra "amor? So, ¿cuánto tiempo sin amor?)
Cuánto tiempo sin otra piel?

No sé, capaz que lo merezco, que merezco esta nada, este cuerpo, estos vecinos, estos padres, todo esto.
Más aún lo pienso cuando -varias veces ya- algo parece que puede cambiar, y al final se repiten el silencio, la lejanía, el destierro (que no es tal, porque siempre fui tierra ajena).

Y como esto no es vida, pienso que capaz no merezco, no me corresponde -o, más simple y menos "recompensativo": no puedo- llegar a la vida.

Ahora, como tantas veces, con el ritmo del sueño roto, y lleno de cansancio, pero sin poder dormir, estoy en ese punto en que no sé -ni puedo imaginar- cómo y cuándo podré reconciliarlo, cómo y cuándo lograré dormir hasta sentir que descansé.

Y siempre (aunque a veces me haya parecido que no, o me haya olvidado de eso) estoy en ese punto en que no sé -ni puedo imaginar- cómo y cuándo podré ser alguien distinto, cuándo será el tiempo.

y. 0. dijo...

Siempre recibí hostilidad y desvalorización.
Cuando traté de hacerlo, fracasé (Avellaneda, Karín, Silvia).-----> Esa es mi deuda


Encuentro esto escrito en un papel en 1997 o 1998.
(Escrito con birome roja. Debo un post sobre las biromes).