Mientras el consumo, finalmente, comienza a desacelerarse, aunque sus vapores siguen embriagándonos, surgen datos contundentes: los trabajadores en blanco ganan, en promedio, lo justo para no caer bajo la línea de pobreza.
Y, además, la Argentina tiene los niveles salariales más bajos de toda Sudamérica medidos en dólares. Los nuevos acuerdos de salarios, que, como siempre, mirarán de atrás a la inflación, sumados a la estabilidad de la divisa estadounidense, recompondrán parcialmente el nivel adquisitivo medido en dólares.
¡Pero acá las cosas aumentan en pesos!
Ya lo dijo la Bersuit: se viene el estallido.
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