El rock ha dado grandes músicos, fortuitos creadores de una única gran obra, extravagantes mediocres que se han asegurado la posteridad gracias a la generosidad de este movimiento, en el que el talento no garantiza la perduración.
Todos ellos han contado con la ayuda imprescindible de los periodistas de rock, que han construido héroes y mitos, inmortalizado discos y carreras, rescatado del olvido a desconocidos y a estrellas de un día.
Entre ellos, dos se destacan con luz propia: el periodista erudito Alfredo Grosso y el periodista chupamedias Bobi Noseumpomo.
Para ellos, y para todos los que están en el rock, nuestro saludo.
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