La otra vez (19 de julio) fui a comprar unos sánguches de miga a una confitería más o menos cerca de casa, donde se consiguen los más ricos que conozco por la zona. $ 1,80 cada uno de los más baratos (lechuga, tomate, salame, roquefort, aceitunas) y $ 2,00 los especiales (ananá, palmitos, anchoas).
Volví el sábado pasado, y están a $ 2,20 y $ 2,50 respectivamente… ¡Más del 22% de aumento en dos meses y medio! ¡25% de aumento en los más caros, que no los compro porque ya sé que escatiman ananá y le ponen un pedacito chiquito por acá, otro por allá, un tercero en el medio, y chau! (Ahí pierden con los de Coto).
¿No será demasiado?
Igual, cuando llegué a casa y me clavé los cuatro que me había comprado (dos de salame, uno de roque y el otro de aceitunas) con una lata chica de Quilmes, sentada en el piso, la espalda en la pared, aHHHHHHHHHHHHH!
(La verdad, los sentí más ricos que de costumbre).
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1 comentario:
dulce nectar de los dioses...
lo mejor es NO invitar :D
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