Hace unos años (¿10?, ¿12?) que esta expresión se emplea, cada vez más, en reemplazo de “ir a hacer las compras”, es decir, ir al mercado, al almacén, al súper, al autoservicio (otra palabra fosilizada, sustituida ahora por “el chino”).
Antes de esto, la omisión del objeto directo ponía a la frase en el terreno del sobreentendido: era prudente no decir qué se había ido a comprar aunque todos los que participábamos de la charla lo supiéramos. De hecho, las primeras veces que la escuché sin esa connotación, me sorprendió y me quedé mirando a ver qué pasaba.
Ahora, en cambio, cualquier vieja va a comprar.
(Mientras escribo, noto que la masificación del uso favorece la ambigüedad de la interpretación. Y presumo, entonces, que no es fortuita).
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