Se me viene un tsunami de la concha de la lora, enorme e ineludible, y no tengo energía para enfrentarlo.
La falta de energía (el agotamiento psicofísico y todos los soretes que me lo generan) forma parte de ese tsunami. En lugar de haberme recuperado para correr esa ola con fuerza y lucidez, me sigo hundiendo en el mal descanso, en la sangre negra y en esto, que cada vez se parece menos a la vida.
Me va a dejar tirada quién sabe dónde. Por ahí es en un lugar mejor.
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