miércoles, 6 de agosto de 2025

Crossfit

Los crossfiteros (y las crossfiteras) entrenan estimulados por el punchi punchi que sale del parlante que llevaron al parque con las pesas, las colchonetas y el reloj de pie con números led que les dice cuánto tiempo de esfuerzo les queda por delante.
A tres metros, bajo la autopista, una mujer tiende la bolsa de consorcio sobre el banco donde va a dormir esta noche de siete grados.
Todos proceden como si los otros no existieran, y la única conexión entre ellos son mis ojos, que los registran sucesivamente y necesitan contarlo (contar que ven). Mis ojos, que ven pero son invisibles. Que se vuelven a preguntar si existe la mirada cuando nadie ve a los ojos que miran.

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