Debe ser maravilloso tener amigos, sean buenos o malos: simplemente eso, un punto en un lugar del mundo. Un nombre, una dirección para enviar una carta, para caer una noche de sorpresa y sufrir esa agitación de los encuentros sorpresivos, donde la poesía ama de los hombres, en los grandes encuentros, sus pequeñas palabras temblorosas.
Espero carta tuya, como se esperan las cartas de los amigos, en cualquier momento.
(Miguel Menassa)
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