El precio del kilo de papel de diario bajó de $ 0,25 a $ 0,18, es decir, un 28%. De este modo, el precio es inferior al que se pagaba en 2003, cuando los depósitos se lo compraban a los cartoneros a $ 0,20.
También bajó el cartón, que a fines del año pasado se cotizaba a $ 0,50 el kilo, y la última vez que vendí me lo pagaron $ 0,35. Y bajó el kilo de papel blanco, a $ 0,65. Entre los metales, sólo bajó el plomo, pero el aluminio, por ejemplo, hace más de un año que se compra a $ 4,20.
Con estos precios, un cartonero tiene que juntar casi un 30% más de diarios para acceder a la misma cantidad de dinero. Y esa cantidad, además, le rinde menos que antes, debido a los continuos aumentos de precios, en especial los de los alimentos y demás artículos de primera necesidad, que suben más que el resto.
¿Será una forma de desalentar el cartoneo, de “limpiar” la ciudad de su presencia incómoda?
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