Recuerdo la vez que más encendí el deseo en una mina. Esa tarde doblé por Callao desde Santa Fe con el cuarto de helado que acababa de comprarme en Freddo. La chica, de unos veintitantos, me miró, y le dijo a su amiga: “Vamos a tomar un helado”.
Todo lo que digo es más bien una mierda. Todo lo que hago también.
Es tan lejos pedir, tan cerca saber que no hay.
¿Y si, por más que busque, simplemente no hay un lugar para mí?
Vas a perder tu historia, las ganas de contarte,
y hasta cómo elegir cómo quieran amarte… Vas a perder tus cosas, tu vida verdadera, vas a poder nombrarte sólo cómo ellos quieran…
¿Qué es lo que hace que una vida funcione y avance? ¿Cómo podremos alguna vez escapar de este cuadro?
Tantas palabras como pocos besos.
In searching for a meaningful embrace, sometimes my self-respect took second place.
"Para él más que nada parecía tratarse de un vínculo con personas que estaban fuera de la claustrofobia de la guerra, pero a las que les importaba lo que estaba viviendo".
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