viernes, 11 de julio de 2008

Sirenas

Oigo una sirena, y otra más. Se acercan. La bocina revela que se trata de los bomberos.
Se siguen acercando, tanto que me preocupa. De pronto, callan. Cerca, sin duda.
Y me pregunto dónde pararon, qué está pasando.
Hoy a la mañana, otra vez: sirenas, bocinas, y, como todos los malhadados días de mi vida, me despierto sobresaltado. Justo unos minutos antes de que el perro de la vecina ladre desaforadamente.
Después, en segundo plano, un sinfín de bocinazos, como si el tránsito hubiera colapsado.
Quiero saber qué pasa, dónde es; me intriga, y no voy a estar dos horas con la tele prendida a ver si el incendio, o lo que sea, amerita que manden un móvil. Los bomberos deberían poner una página web donde se pueda consultar qué pasó y dónde.

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