sábado, 31 de octubre de 2009

Banco a los tanos

En las múltiples entrevistas promocionales que ofreció (¿o se trata de una sola, multiplicada hasta el cansancio?), el best-seller’s writer Roberto Saviano, autor de “Gomorra”, habla del ejercicio de la sexualidad por parte de los mafiosos del sur de Italia.
El pasaje que más llama la atención, y que más se copia y pega en la Red, es el que describe ciertos imperativos acerca del trato con las mujeres que rigen en aquel submundo. Desde las posiciones (“Nunca ir abajo”) hasta las prácticas (“Nunca dar sexo oral, cosa propia de perros”), pasando por la elección de la esposa (una vecina del pueblo a la que se conoce desde la infancia), todo está fuertemente preestablecido, y no queda mucho margen para esquivar ese deber ser.
Por supuesto que la descripción conlleva un trasfondo de crítica, y que los múltiples copypasteos lo subrayan. ¡Qué machistas, qué primitivos, qué desconsiderados! ¡Cómo no le van a chupar la concha a la chica!
El sexo oral integra el repertorio estándar de cualquiera que coge por aquí, y se lo da casi por descontado. Hay otras prácticas que están en el límite de lo tabú (hacerle el culo a una mina, por ejemplo), y unas cuantas van desde lo inconfesable hasta los motes de “parafilia”, “fetichismo”, etc.
Pero siempre que uno mira con esa distancia crítica puede ser mirado con distancia crítica. ¿Cuántos de los que se asombran por la no chupada de concha se dejan meter un dedo en el orto, por ejemplo?
Al fin y al cabo, es un mandato ajeno que se te mete en la cama. Lo hacés porque tenés que hacerlo, como te negás a otras cosas por esa mirada ajena más que por el placer o displacer que te causen. (¡Cuántas minas hay a las que les gusta por el orto, pero dicen que no mil veces, a ver si el chabón las toma por trolas!).
Yo, por mi parte, re banco a los tanos que no pesebrean. (Siempre me ponen cara, y me ven como un freak, cuando trato de esquivarlo. Pasa que no soy religioso, no celebro Navidad, y entonces el pesebre me es ajeno…). Aunque tal vez lo mío sea deformación profesional, producto de tanto gateo, porque no es lo mismo –no para mí– pesebrear un felpudo desconocido y de alto tránsito, que darle al de tu chica… que también puede ser de alto tránsito. ¡Chan!
Bueno, para empezar a hablar, depilate toda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

.....lo vas a tener muy crudo, pues yo no meto la lengua en ese chocho peludo.
¡Chocho peludo! ¡Chochochocho peludo!...........JAJAJAJAJAJJAJAAA(m acorde d est tma).....


/por la inmensa sonrisa de tus cansados ojos,
por volver donde alguien te quiere sin que vuelvas,
por poner a los mios con un poco más de luz./

http://www.youtube.com/watch?v=nfEeks-luYo

Tambien kiero k venga Extremoduro(y Marea y ...)

Anónimo dijo...

Ahhhh y de chuparla cuando la mina esta indispuesta ni hablar no???? Cosa de barbaros....que barbaro,che!!!!

Anónimo dijo...

Si la de Catherine Zeta Jones da cáncer (consultar a Michael Douglas), qué queda para las cajetas multitudinarias que uno puede/suele visitar.

Por cierto, investigaciones de universidades de EEUU revelan que hay muchos más blancos que negros con cáncer de garganta causado por el HPV, lo cual sería consecuencia de las diferentes prácticas sexuales en blancos y negros.
Traducido: los grones no bajan al pesebre, y se contagian menos.

Hay que tomar recaudos, de los que cada vez se toman menos...