domingo, 31 de octubre de 2010

El cansancio se acumula, el descanso no

El descanso no se acumula porque se consume en el día, a medida que nos vamos cansando física y mentalmente, si es que esta distinción es correcta. Aun cuando nuestro último sueño hubiese sido muy reparador, sólo nos serviría para estar despiertos, activos y lúcidos unas pocas horas más que lo habitual. Luego, inexorablemente, deberíamos descansar para comenzar la próxima vigilia en condiciones apropiadas.
El cansancio se acumula porque el organismo puede funcionar sin haberlo desagotado del todo. Entonces, pese a un descanso que no nos hubiese restablecido por completo, podremos mantener un cierto nivel de actividad, pero este será cualitativamente menor que el desarrollado tras un buen descanso.
Un día de mal descanso se recupera fácil con otro de buen descanso –el cual seguramente será un poco mayor que el habitual–, recomenzando así una continuidad de sueño reparador que redunda en un mayor bienestar psicofísico –para no usar la palabra rendimiento, tan propia de la terminología económica–.
Pero la acumulación de días de mal descanso no se supera con un solo día de descanso, ya que ella nos sumerge en una dinámica de desequilibrio en la cual se van encadenando las alteraciones. Recomponer el ritmo y el funcionamiento normales toma su tiempo. Es por eso por lo que durante un lapso variable se hace muy difícil conciliar el sueño –o mantenerlo por las horas necesarias para descansar– cuando reaparece la posibilidad de dormir bien.
No alcanzan, entonces, un par de días para recuperarse plenamente –no alcanza con decir que por suerte hoy es viernes– si la deuda de descanso es grande. Y aun si ella no fuese considerable, y dos días alcanzaran para despertarse el lunes sintiéndose pilas, el ciclo desgastante que recomienza sigue siendo dañino para la salud, y cada vez más, porque a los cambios orgánicos medibles objetivamente se suma la carga subjetiva de desmoralización e impotencia que puede llevar más rápido a enfermedades físicas o psíquicas.
No sólo es socavador el descanso insuficiente. Aún más lo es la certeza de irse a dormir sabiendo que tenés que levantarte o que te van a despertar antes de que puedas descansar; de que te van a despertar muchas veces si es que podés volver a dormirte. Y más todavía es saber que eso va a ocurrir, pero ignorar cuándo va a pasar.
En el caso extremo, la continuidad del mal descanso lleva a un estado similar al de la alerta del soldado, quien sólo duerme unas pocas horas, casi desmayado, para luego volver a su puesto de combate. Vivir así es insostenible, salvo por un período corto, que igualmente pasa su factura. Pero incluso sin llegar a ese punto, las capacidades cognitivas merman al acumularse el cansancio, y se desequilibran la producción de hormonas, el ritmo cardíaco y un sinfín de funciones orgánicas. Algunos de estos cambios son más notorios, y otros, de modo latente, van preparando el terreno para una manifestación tan palmaria como inesperada.
No sé dónde conocí la frase que titula el post, pero se imprimió en mi cabeza como lo hacen las cosas que me interpelan. Recuerdo que se la dije al psiquiatra que me atendió en la guardia de un hospital público cuando consulté porque llevaba veintidós días consecutivos sin descansar bien. Y el tipo asintió. (De un modo similar a su asentimiento que interpreté comprensivo cuando le comenté que a veces la diferencia entre descansar y no descansar se hacía en el último tramo del sueño, en poder dormir media hora o una hora más después de la última despertada).
Sin embargo, otros profesionales, como el infeliz de mierda que me había atendido el día anterior en la guardia de otro hospital público, no solo no entienden qué quiere decir la frase, sino que son incapaces de imaginarlo, de deducirlo o de construirlo, quizá porque no registran lo que el paciente les dice. Cuando le hablaba de que no podía dormir bien, el pelotudo me contestó que “para dormir hay que cansarse”. En realidad, para poder cansarse hay que haber descansado.
Me acordaba de eso la otra vez, cuando hablaba de mí y, por ende, e inseparablemente, de mis problemas para descansar, con el clon joven de Esther Goris (ya sé que la estoy tirando abajo de un camión con esta comparación, pero los ojos, la nariz, la manera de hablar, o todo el conjunto me hacían acordar a ella).
Mientras sucedía, y más aún después, veía que en la charla con alguien recién conocido no podía bajarme de la autorreferencialidad, y sobre todo me descorazonaba lo engorroso que es presentarme ante los demás, lo intrincado que es todo lo que tengo para decir, lo irremediablemente espantagente que soy, al fin y al cabo.
Cuando me sugirió que me cansara para dormir mejor, recordé que esa conversación ya la había tenido, y no le contesté. Si lo hacía, iba a hablar de aquel sorete que me había dicho lo mismo, e iba a ponerla en un lugar compartido con alguien despreciable, que ella no merecía. Además, si alguien trata de tirarte una y otra y alguna más, y ninguna te sirve, es chocante…
(Gracias por tu onda, y por tu interés; pero a) no me da blanquear mi otro yo y poner mi nombre en mi página web: conozco el paño de mi familia y el entorno, sospecho cómo sería todo (muy incómodo), y aunque la comodidad no es buena, en este caso la elijo (podría poner ejemplos, pero sería sumar más autorreferencialidad, jaja); b) ya probé con tapones para los oídos, también con los que no tienen canuto, y no, no puedo dormir de costado con ellos: se me clavan y me duele, o se me salen, y la otra vez hasta me hacía ruido el oído izquierdo, como un ¡plop!, incluso durante mi vigilia; c) a vos no te lo dije: para cansarme, necesito estar descansado).
Igual, la cosa no arrancaba, y no arrancó. No sé si fue porque dormí y no pude llevar la conversa a un punto de cercanía, donde al menos pudiera pedirle el teléfono (¡ey!, ella tampoco me lo pidió) o un mail; o si no me rescaté de pedirle el teléfono porque vi que no daba, que no iba a arrancar, porque lo intuí, me resultó evidente o era obvio. Eso no lo sé, y pensar en eso es como ver que la historia se escribe a diario.

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