miércoles, 8 de agosto de 2012

Sin palabras (sin aire)

Yo detesto el ruido, pero eso no quiere decir que añore un silencio total, porque el sonido es aire que vibra, y cierta carencia de sonido (la ausencia de ciertas frecuencias, supongo) me desasosiega mucho. Y porque la carencia absoluta de movimiento del aire es la muerte.
Hay un silencio aplastante a veces. Un silencio aplastante y un aturdimiento igual. Cuando estás sentado en el borde de la cama, vistiéndote –poniéndote las zapatillas– después de un mal garche. Cuando colgás un teléfono que nadie atiende, que quizá hayan decidido no atender después de mirar la pantalla y ver quién llama. No hay lugar para las palabras ahí, porque ¿qué vas a decir?, ¿que (te) van a decir?, si no te dejan decir ni te quieren decir.
En esa turbación apabullante siempre quiero no derrapar, irme en silencio, casi querría evaporarme, y evitar siempre transformarme en un ser molesto (en el ser molesto en que me transformaron más de una vez, por ejemplo la conchuda que me decía “llamame, que si estoy te atiendo” y era mentira, pero yo no lo sabía, y entonces llamaba, mucho, hasta ser molesto. Ocasión en la que di el pie para que me señalaran como un ser molesto).
Ni molesto ni (más) patético.
Ahora tampoco hay palabras. No da la escapatoria acá, ni en Taringa, ni en Twitter, ni en blogs K, ni hablando solo, para engañar al silencio o para tener palabras e ideas aceitadas, ni hablando con un profesional de la salud –si tenés la suerte de que te atiendan–.
Solo silencio. Esa forma de la nada.
Silencio en la derrota. Derrota en silencio.
Y un cuerpo que no me acompaña.

4 comentarios:

o dijo...

Es desmoralizante.
Es una señal, diría mi madre y los que en todo ven señales (a Palo Pandolfo le afanaron dos guitarras y un boludo le escribía: es una señal para que busques nuevos sonidos).
Es la realidad, cruda y ruda.

Me obligo, en el medio de doce o trece días sin descansar, a escribir algo, ¡a terminarlo!, a no perder la palabra.
Pero el cansancio es tal que cuando termino me olvido de pasarlo al pendrive, y cuando voy al cyber, oppps, el archivo no está.

Entonces, cuando me vuelvo a sentir en condiciones, voy de nuevo, pero a mitad de camino las condiciones cambian, y me empiezo a sentir mal, y en el cyber me siento muy mal mientras batallo con la nueva interfaz de Blogger, y vuelvo a casa sintiéndome peor, temiendo el desmayo una vez más.

Y ahora, cuando miro a ver cómo quedó, me doy cuenta de que los puntos y aparte no están.

Demasiado esfuerzo para menos que nada. Pare ver el fracaso once again.
Otro 1,75 de cyber para arreglar esto, algún día.
Porque lo voy a arreglar: no sé a qué mandato respondo arreglando cosas así, quién me dijo de muy muy chiquitx, que había que arreglar las cosas mal escritas, mal presentadas.

Igual, nadie lee, y si leen, nadie comenta, y si comentan nadie va a crear las condiciones para que algo de esto cambie.

Sería como la tercer despedida de este blog, jaja...

dos puntos dijo...

como anda olga!

sabe usted que conozco la zona por donde vive Palo alli en el oeste y digamos que los deredores son asi como bien pulenta. porque digo esto

porque con un amigo comentabamos que quizas alguno lo mando a afanar al querido Palo.

un punto dijo...

con respecto a lo otro digamos que.....

o dijo...

cómo anda!

mire, creo que no hay lugar que no pueda ponerse picante.
ayer nomás, en el cyber, un colombiano le decía al chino que no tenía plata y no le iba a pagar (pero que le daba su palabra, que vale como su vida), el chino en pose de Bruce Lee detrás de las rejas, un senegalés hablando por Skype en voz muy alta (la única palabra que entendía de su lengua era "Senegal") y en la vereda unos "amigos" interpelando a cada transéunte, eh amigo, tenés un pesito...
todo bajo la atenta mirada de las cámaras de seguridad de la ciudad.

el querido palo toca el viernes 31 en lomas del mirador, que dicho así suena como muy lejos, pero con el 55 desde primera junta no es tanto.
si me siento bien, capaz que voy.
igual, si me siento bien...
mi cuerpo no me acompaña, ya lo sabemos, jaja


con respecto a lo otro digamos que...
no da decir nada. me gustaría tener la drasticidad que me permitiere terminar con algunas cosas. pero no la tengo, y si la intento, como una impostura, es para peor.

estoy en un punto donde me da vergüenza esto. qué sé yo.