sábado, 31 de enero de 2015

Corriendo por la bicisenda

¿De qué sirven los aniversarios? Los cumpleaños, los aniversarios de difuntos, los años nuevos, los hoy-hace-tantos-días/semanas/meses que…, los aniversarios de casados, los números redondos, las celebraciones… Insignificancias, si la presencia se renueva y se reafirma con frecuencia. Pero si eso no está sucediendo, son la ilusión a la que nos agarramos para que el vínculo se reanude.
El año pasado mi cumpleaños cayó en domingo, y a la tarde salí a caminar para escapar de la murga que tous les dimanches viene a joder a la plaza de enfrente. Sin decidirlo conscientemente, terminé más o menos cerca de la Biblioteca Nacional, y, como recordaba que allí queda uno de los pocos teléfonos públicos sobrevivientes, se transformó en mi destino para ver si alguien me había llamado, si alguien quería verme. El teléfono, que en su display dice aceptar sólo números gratuitos, rechaza mi llamado al 0800 del contestador. Insisto una vez más, conteniendo la respiración pues el homeless que yace en la vereda, a unos metros, huele a mierda de días; pero es inútil: no me puedo comunicar.
Sigo caminando por la zona, y descarto ir a Paseo Alcorta a usar sus teléfonos públicos (no era para tanto, quise mentirme: y me creí). Me acerco a Libertador para mi entretenimiento de relevar las zapatillas de los que corren por ahí, y cuando miro de nuevo la hora, se hicieron casi las 8. Tal vez por el influjo de Asicslandia, se me ocurre que deberíamos ganar las veredas, tan desoladas, tan empinadas, de la calle Gelly y Obes para entrenar cuestas. Y se me ocurre también que puedo volverme a casa corriendo por las bicisendas.
Eso hago. Sobrevivo a los autos discípulos de Hitler que gasean a los ciclistas en las avenidas. Llego a las calles con poco tránsito, donde, de pronto, el ritmo de los pasos rebotando en la calzada se/me acerca al trance. Un trance que, sin embargo, no permite distracciones porque cambia el semáforo, porque hay peatones que cruzan por la mitad de la cuadra, porque vienen ciclistas en sentido inverso (y yo voy corriendo por el carril de contramano, ya que el otro tiene una pendiente imposible).
El momento en que agarraste velocidad crucero y los pasos tienen un ritmo perfecto e incesante que parece no demandar esfuerzo, cuando el entorno calla, permite encontrarse con el sonido de las zapas contra el asfalto, pac pac pac pac pac pac pac… Requiere atención y dura poco, como cuando logro agarrar la línea del bajo en algún recital, pero, si ocurre, ese equilibrio exacto entre esfuerzo y respuesta, entre abstracción y atención al entorno, permite ser consciente de cuando (de cómo) el suelo te agarra y te suelta en las medidas justas. Después te agitás, el paso se descompone, apretás fuerte las llaves que llevás en la mano, y pensar en cuánto falta acapara casi toda la atención.
Finalmente, llego a casa, y ahí me doy cuenta de que no era por Asicslandia ni por tener puestas las de correr que volví corriendo. Antes de bañarme, antes de tomar agua, lo primero que hago es agarrar el teléfono y ver si llamó alguien. Pero no, “usted no ha recibido ningún mensaje nuevo”.

4 comentarios:

y. O. dijo...

Bastante idiota mi ilusión de que alguien me llame para mi cumpleaños, o quiera verme, cuando desde el día luctuoso no me llamaron ni una vez para preguntarme cómo estaba o cómo iban las cosas.

Una larga colección de...
https://www.youtube.com/watch?v=BfScpcdUP0c

Anónimo dijo...

Mujer bonita es la que lucha, dice en un esténcil cerca de plaza Congreso
Mujer bonita es la que lucha, se tatuaron en la espalda dos militortas
Mujer bonita es la que lucha, leo su tatuaje en la foto de mi examiga militroska
Mujer bonita es la que lucha, se llama un poema de chabón que no aprueba comentarios críticos en su blog
Mujer bonita es una frase que reinvindica la belleza, concepto conservador si los hay
(Y si se trata de resignificar su sentido, la verdad, esta vez no cazo la onda de los fabricantes de eslóganes)
Mujer bonita era una película con Julia Roberts, una mina de la que no podría decir que me parece bonita
Mujer bonita es, creo, la que se depila y se baña todos los días,
y no mete al clasismo interfiriendo mi cariño.

y. O. dijo...

A todos esos que hablan maravillas de correr, que te sentís mejor, que te cambia el cuerpo, que bajás de peso...
Bueno. Yo no.
El cuerpo me cambia porque se me ensancha, subí casi 10% en un año y medio, me duele el talón hace ocho meses y un triste etcétera.
Igual, sigo corriendo, intuyo que sería peor aún si no lo hiciera, pero... a mí no me pasa lo que a ustedes. jaja

runner que engorda dijo...

Esto es un poco al pedo, pues se trata de modelos discontinuados, aunque las Pulse 5 aún se consiguen.
Mi xp con zapas "pro" empezó el año pasado con las Supernova Glide 5. Correctas, aunque no tan duraderas como hubiera esperado. Casi al año murieron por el upper. Ahí donde se forman líneas de fuerza cuando uno se acuclilla se deja ver el blanco de las medias.
Supongo que las consideré buenas porque intenté comprarlas de nuevo. Pero ya no las conseguí por ningún lado.
Su performance se engrandeció el día que dejé de lado las nuevas y usé estas, porque esa tarde había llovido y no quería ensuciar las otras. ¡Qué tremenda diferencia cómo ajustan! Un calce perfecto. Inenarrable.
No sé cuántos km duraron porque no llevo la cuenta. Aparte, las usé no sólo para correr, sino también para andar.

Las nuevas son las Pulse 5. Al fin me compré Asics, pues del año pasado a este no aumentaron. Son bastante empanada, quizá no ajusten mal, pero las Adidas ajustan tan bien...
La amortiguación, correcta, pero nada del otro mundo, creo.
En cuanto a respuesta, también ganan las Supernova: el otro día hice pasadas con las Asics y no tenían la reacción de las viejas.
Y a veces se le corre la plantilla del pie izquierdo, como que retrocede, dejando un espacio entre el borde la plantilla y el borde de la zapa que, caminando 70 u 80 estuvo al borde hacer ampolla en mi dedo gordo.
De su durabilidad depende que haya sido una compra mala o mínimamente aceptable.

Las Adidas con Boost con muy caras, y el año pasado, cuando me probé las Glide 6, apenas di unos saltitos en esa casa de deportes y las sentí muy rebotonas. Eso y la fama de agravar fascitis me hace descartarlas. Su precio, también, claro.