miércoles, 1 de diciembre de 2021

CIM Pepa Gaitán

Hace catorce años que gobierna la derecha en Capital. De ellos, más de la mitad con mayoría propia en el concejo deliberante upgradeado nominal y presupuestariamente a la categoría de legislatura. En todo ese tiempo, ni una calle de la ciudad, ni una plaza o plazoleta, ni un cantero (?) recibió el nombre de un combatiente de la guerra de Malvinas. Ya no digo el nombre de una víctima del terrorismo, una calle que se llame Paula Lambruschini, un cantero cerca de Las Heras que se llame Gladys Medina… Hablo de personas reconocidas como héroes, que combatieron y murieron en esa guerra. Pero no, ni un piloto, ni un soldado… Nadie. Los “héroes de Malvinas” son anónimos, una entelequia colectiva, apenas resquebrajada por el capitán Giachino, que tuvo la virtud estadística de ser el primer muerto, o por algún héroe local convertido en epónimo de alguna calle de su pueblo o ciudad.
En la ciudad de Buenos Aires nada los recuerda, ni siquiera a los pilotos, que quedaron en el imaginario colectivo como los héroes más héroes volando a ras del mar. En cambio, calles, plazoletas y demás espacios urbanos –incluso escuelas– recibieron el nombre de guerrilleros que se alzaron contra el Estado en tiempos de gobierno democrático, o de simpatizantes, familiares, etc.
En esa nómina estatal también aparece, repetida hasta el aburrimiento, Eva Perón, y, últimamente, un machito golpeador y abusador que debe su presencia en los listados de cuasi próceres al hecho biológico de tener concha. Entre casas trans, murgas subsidiadas y otras políticas de derecha (?), el gobierno porteño creó los “Centro Integrales de la Mujer”, y hay uno que lleva el nombre de Natalia “Pepa” Gaitán, una abusadora y golpeadora canonizada por la imbecilidad militante sólo por su orientación sexual y por haber sido asesinada por el padrastro de la menor de la que abusaba.
Gaitán, como puede leerse aquí, como puede saber cualquiera que se haya tomado el mínimo laburo de escuchar los audios del juicio antes de subir un flyer con su cara a las redes sociales, era una violenta que perfeccionaba su violencia practicando vale todo; era una abusadora de menores que, para hacerlo, se valía de su condición de hija de responsable de un “comedor”; era una golpeadora que cagaba a palos a sus parejas hasta dejarles la cara morada; era una cuasi apropiadora que se quedaba a cargo del hijo de su ex pareja a la que había golpeado; era una perversa que procuraba que su “amiga íntima” abusara de la hermana menor de su pareja menor de edad (una adolescente de 14 años).
Bien muerta está esa soreta a la cual les necesitades de pertenencia reivindican, lo mismo que hace la derecha porteña. Como bien muerto está el maestro abusador linchado en una iglesia, como bien muertos estarían Geo C*rsi y sus reclutadores.
A semejante personaje ensalza el gobierno porteño, dándole su nombre a un lugar donde ¡¡se atiende a “mujeres víctimas de violencia de género a través de un abordaje integral que incluye asistencia psicológica y social, orientación y patrocinio jurídico”!! Es decir que si tu pareja te caga a palos, vas a pedir ayuda estatal y entrás a un lugar que enaltece a alguien que cagaba a palos a su pareja. Están a nada de que el próximo centro de ayuda a la mujer golpeada se llame Ricardo Barreda. O Diego Maradona.
(De paso, me pregunto si hay lugares análogos donde los hombres víctimas de violencia de género puedan acudir. No digo la misma cantidad, pero al menos uno, para atender y visibilizar las necesidades y las problemáticas de las minorías, para ayudar al hermano del Chanchi Estévez antes de que su ex pareja lo acuchillara en plena calle).

No hay comentarios: