lunes, 7 de septiembre de 2009

Paradoja putañera (II)

Un día me di cuenta de que siempre salía frustrado del hipódromo. Si perdía, porque perdía. Si ganaba, porque me atormentaba diciéndome “tenía que haberle jugado más”, “¿cómo no me di cuenta de que esta era la fija?”.
Y dejé de ir.
Con las putas me pasa algo similar. Si la mina es fea, tiene poca onda o no hace lo que dijo que iba a hacer, la xp es mala, y me voy de mal humor, con la sensación de haber tirado la guita. Y no sólo la guita: el tiempo, la energía, la expectativa.
Si es linda, tiene onda, hace todo –o casi todo– lo que quiero y sabe laburar, flasheo con qué bueno sería que eso fuese “de verdad”… Como no lo es, cuando se hacen las 12 y Cenicienta debe marcharse, la vuelta al mundo real me impregna el sinsabor de la no-cotidianeidad. Y el disfrute queda incompleto.
¡Pero no puedo dejar de ir!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Putas'S Fever...



....Soledad...

...Soledad(no quero no!!!!)


Soledad....

Soledad lo que a mi me va...


Soledad a mi me da la vida....