martes, 7 de agosto de 2018

Temor de dios

Yo no digo "superliga", digo "campeonato". Detesto darle ese triunfo al marketinero de turno. Tal vez por eso, o porque no me sale embanderarme y formar parte de una multitud, no milito el pañuelo verde. O tal vez porque no sé quién puede usarlo y quién no, quién es un machirulo que invade los reclamos de las pibas (?).
Como sea, este blog está desde siempre a favor de la soberanía sobre los propios cuerpos, de despenalizar el aborto, de que cada mujer haga lo que quiera con cada célula de su cuerpo. Y yo, desde antes.
Ahora que parece definida la cuestión en favor de los conservadores de siempre, ahora que la iglesia católica (y la mierda evangelista explícitamente cobradora de diezmos) tuvieron que jugar sus fichas fuertes porque de aprobarse la ley en la Argentina podría dispararse un efecto dominó en otros países de la región –el más significativo, Brasil, pero también, por ejemplo, la bolivariana Venezuela o la plurinacional Bolivia– donde no quieren resignar su poder de sojuzgar a las personas, sus cuerpos y sus mentes; ahora que aborto legal ya no habrá, seguiremos viviendo en el siglo XIX… Bueno, no, ¡somos muy modernos!, viviremos en la primera mitad del siglo XX, a tono con los que quieren volver al 45.
La suerte parece echada y afortunadamente ya no tendré nada en común con Pichetto, con Rial, con Florencia de la Vega (cuya madre antes había muerto de cáncer y ahora murió por un aborto mal hecho) ni con todas las que se pusieron al frente de esta causa con la ilusión de ser las Juanas de Arco del momento y ganar su lugar en los libros de historia.
En esta sazón, quiero que con el triunfo del "no" sus defensores salgan a perseguir mujeres que abortan. Quiero que digan explícitamente que quieren presas a esas asesinas. De 8 a 25 años. Perpetua, por el vínculo que es agravante. Eso quiero que pidan. Quiero que sean coherentes. Mucho pedir porque en realidad lo de ellos es mantener este statu quo en el cual sus hijas o sus esposas o sus amantes pueden abortar con seguridad. Menem, votando en contra de la ley habiendo acompañado en su tiempo a Zulema a abortar, es el ejemplo paradigmático.
Desde que padecí a Rubén Dri como docente, supe que hay una sola cosa peor que un católico (un católico marxista) y una sola cosa peor que un marxista (un marxista católico). Lo confirmo ahora, cuando el enviado papal Grabois y el "padre Pepe" y los curas "villeros" y el flamante obispo Carrara –el mismo que fue llevado en andas en la catedral porteña– comparten su posición con lo más rancio y conservador de la institución, como Aguer, el finado Quarracino o el cura que propone excomulgar al presidente.
Ni hablar de la monja luchona (?) Pelloni, que saltó a la fama por encabezar marchas contra la cuasi dictadura catamarqueña de los Saadi y que quizá sea una apropiadora o una traficante de bebés. Todavía no puedo creer lo que dijo en el programa del siempre enclosetado Novaresio ni, tampoco, que ni el conductor ni los otros invitados lo hayan dejado pasar. Ni que ningún fiscal haya actuado de oficio para investigar sus dichos o, al menos, para que disimule un poco "aclarándolos".
(Por si alguno se lo perdió, la delincuente esta dice que les pedía a las alumnas de su colegio que quedaban embarazadas, a adolescentes que estaban a su cargo, que tuvieran el bebé y se lo regalaran para que ella se lo entregara a otra mujer: "Yo he pedido que me regalen dos niños (…). Fijate, Mónica, en estos casos: dos chicas que quedaron embarazadas así eran alumnas del colegio en épocas en que había que echarlas. Querían abortar. '¿Vos me regalás el niño, me lo regalás? Tenelo y me lo regalás, porque que yo tengo una señora que necesita un hijo y no puede tener', le dije").
En este país, cuya bandera lleva el color del manto de la virgen, o viceversa, no sé qué fue primero, y ambos tienen el color del pañuelo que identifica a los hipócritas, seguiremos viviendo en temor de dios.
Mientras, entre tanto político egocéntrico, como Perotti, que vota en contra si no votan su proyecto; oportunistas, como todos los ahora votan a favor y durante su gobierno se hicieron los giles, y chupacirios, como la falsísima Vidal visitando al papa y después sacándose la selfie con el pañuelo celeste o Larreta consagrando su pelada, su gestión y ¡¡¡la ciudad toda!!! al sagrado pene de Jesús (bueno, tal vez era otra parte del cuerpo), Macri, eh, Macri gato, se comportó por una vez casi como un estadista.
Si el gobierno anterior hubiera permitido que se tratara la ley durante el tiempo en que él fue diputado, seguramente habría votado en contra (y se habría quedado dormido en el recinto, tal vez). Ahora, aun estando "a favor de la vida", habilitó el tratamiento legislativo, no bajó línea en contra, recibió a la mediática y ascendente diputada Lospenatto (yo habría preferido que recibiera también a la diputada tucumana Villavicencio) y mantuvo una distancia prescindente que me sorprendió de forma muy positiva.
Después dice lo del gas y vuelve a la normalidad. Pero a mí me gusta decir lo indecible, me gusta rescatar las flores de la basura.

2 comentarios:

seraphytte dijo...

Leo este post y me emociono por alguna razón. Será porque te leo desde hace casi diez años. Porque este blog, al cual regreso periódicamente, siempre lo consideré un norte en la marea de ceros que fué la blogósfera en su momento (hoy destronada por las redes sociales). Se me ocurren mil cosas para escribir en este comentario pero no puedo ordenar mis pensamientos: admiración, respeto, afecto, quién sabe que. Cliquié los links que pusiste y me asombró ver las fechas; el primero es tan solo unos meses posterior a la creación de la Campaña por el Aborto legal y gratuito. No puedo creer que nadie mas allá comentado. En fín, no tengo mas para decirte ahora, tengo irme, tengo mil cosas para hacer;
solo que no dejes de escribir nunca y que tus palabras tengan algún día el reconocimiento que se merecen. Abrazos

y.0. dijo...

Leo este comment y me emociono yo. Bah, quedo tilt porque parece que la parte de mi cerebro que debe procesar la emoción no se despertó todavía, porque necesita seguir durmiendo una horita más y no sé si los vecinos me/se lo van a permitir.

Como (no) le dije a mi dentista que me facilitó las cosas esta vez y en un mes resolvimos algo que yo prefería patear para el año que viene: me va a caer la ficha de lo que hizo, de lo que decís, más adelante. Ahora solo puedo decirte gracias.
A ella se lo voy a decir cuando pueda, a vos no te puedo agarrar la mano, como se la agarré a ella aun corriendo el riesgo de ser su paciente intensx.

De las opciones que se te ocurren, elijo afecto. Respeto también está bien.
(Tal vez la falta de comentarios se explique porque no pertenezco a ningún colectivo ni tengo amigos, porque soy ¿casi? autista, jajaja).
Igual, lo que más me gusta de lo que decís es que volvés por acá de tanto en tanto a lo largo de tanto tiempo.

Ojalá llegue el día en que deje de escribir, en que pueda ser más allá de estos bits. Pero, a esta altura, no creo. Como sea, mientras tanto, de tanto en tanto, sigo por acá.

Gracias de nuevo. :)