jueves, 30 de septiembre de 2021

Mejor no existir

¿Puedo decirte algo? Nada grave, eh, porque la otra vez te hice una pregunta similar y vi cómo se te encendieron todas las alarmas; no me acuerdo de qué dijiste, pero era una traducción de “¿con qué me va a salir ahora?”.
Te quiero mucho –dentro de lo que puedo quererte–. O me hacés producir mucha dopamina. O algo así. Si existiese un medidor, sería más fácil y preciso decirlo: te muestro el número y listo. Habría que inventar algo como el afinador digital para estas situaciones.
Por si hace falta aclararlo, no tenés que hacer nada. Salvo, ojalá, ponerte levemente contenta. En la distancia que te quede cómoda.
Y, si preferís que no te quiera, no te quiero nada. Si querés, te digo que te odio, jaja.
O si querés no te digo nada, pero si lo mejor que tengo para dar es mi inexistencia, claramente no está bueno. Igual, es así desde que tengo 14 años, no sería novedad.
(Y, también, que me gustaría invitarte a oler jazmines en la vereda de la casa abandonada cerca de donde vivís, pero eso me parece que no da).

(Ah, si tu preferencia es mi inexistencia –lo cual tampoco sería una novedad–, valoraría mucho que me lo manifestaras de algún modo que no sea simplemente evitando responder cuando te escribo. Ojalá ahí sí haya una novedad. Igual, el año pasado, cuando no sabía si me había agarrado el bichochino, te pedí una palabra, un emoji si te daba paja escribir, y no me contestaste).

No hay comentarios: